19 abril, 2020

LA IMPORTANCIA DE LA CIENCIA
“El conocimiento es poder” la expresión atribuida a Bacon (1561-1626) se encuadra en una época de confianza y optimismo ante la posibilidad de que el conocimiento científico de la naturaleza permitiera manipularla. Fue precisamente esta creencia la que dio origen a los grandes avances y progresos que caracterizaron a la edad moderna. Por primera vez el hombre no solo estaba comprendiendo a la naturaleza y sus fenómenos sino que también tenía la oportunidad de adelantarse a ella y utilizar convenientemente sus grandes potencialidades en lugar de solo estar a su merced. Esto permitió a los países en donde se privilegió el desarrollo de la ciencia tomaran la delantera en cosechar los beneficios de sus descubrimientos tecnológicos, energéticos y bélicos.

Posted on domingo, abril 19, 2020 by Miguel Victoriano G.

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11 abril, 2020




Hoy es Sábado Santo, en la tradición cristiana hoy se recuerda aquel día después a la muerte de Jesús en la cruz y anterior al glorioso Domingo de Resurrección.

Durante su ministerio, a Jesús se le acusó en muchas ocasiones de quebrantar el reposo sabático al realizar algún milagro en beneficio de otros se le acusaba de no respetar el Shabbat, sin embargo, Él lo cumplió mejor que nadie. Lo que Él critico fue el ritualismo vacío que terminó haciendo del sábado una carga en lugar de un alivio, pero este sábado de pascua es el gran sábado del reposo del Señor, Él reposa muerto en la sepultura mostrándonos de esa manera que nuestra vida está realmente en las manos de Dios.

Cuando Jesús estaba en la cruz experimentó en su humanidad todo el dolor y quebranto por haberse hecho uno de nosotros. Frente a toda la angustia y dolor que le produjo llevar nuestras culpas y pecados… Él exclamó – Padre en tus manos pongo mi vida – en Dios Jesús pone toda su confianza y esperanza al morir y el sábado descansa en el sepulcro.

Mañana los cristianos conmemoramos el glorioso Domingo de Resurrección, donde recordamos que es Dios quien nos otorga la vida y es en la resurrección de Jesús que podemos tener confiar en la promesa de la vida eterna. El Sábado Santo es una invitación a detenernos, a no poner nuestra confianza en otro o en nosotros mismos sino en Jesús nuestro Señor.

En estos momentos tan difíciles que estamos viviendo como humanidad, cuando nuestras vidas y las vidas de nuestros seres amados se encuentran amenazadas por la enfermedad, quiero invitarte a tener un momento de reflexión con tu familia, te invito a dejar de lado el miedo y la incertidumbre y a poner tu confianza en Jesús. El apóstol Pedro nos anima a esto diciendo:

“Coloquen en Jesús toda tu ansiedad e incertidumbre porque él cuida de nosotros” (1ºPedro 5:7)

El reposo sabático nos recuerda que nuestra confianza y esperanza debe estar en Jesús, en lo que Él hizo por nosotros en la cruz y en lo que esta haciendo por nosotros hoy.
Que es Señor les bendiga y que hoy podamos disfrutar de su reposo.

“Voy a preparar lugar para ustedes… (y) vendré otra vez” Juan 14:1-3

Posted on sábado, abril 11, 2020 by Miguel Victoriano G.

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27 julio, 2015

Posted on lunes, julio 27, 2015 by Miguel Victoriano G.

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22 julio, 2015

Posted on miércoles, julio 22, 2015 by Miguel Victoriano G.

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24 junio, 2015

De Burgos Núñez, Miguel. “Sacerdocio radicalmente nuevo. Cristo y su sacerdocio “profético” y misericordioso en la carta a los hebreos”, Isidorianum 31 (2007) 9-38. 

La originalidad del sacerdocio. Esta sección comienza catalogando de “espinoso” el uso del el autor de la epístola realiza del tema del sacerdocio de Cristo, resaltando la singularidad del mismo en relación con las funciones sacerdotales conocidas y el hecho mismo de la duplicidad funcional de Cristo como sacerdote y Sumo Sacerdote a la vez.
Un sacerdocio solidario y misericordioso. La misericordia de Cristo y su superioridad sacerdotal queda de manifiesto en su encarnación al compartir la forma de sus hermanos, aun cuando no se mencione expresamente se encuentra implícita la idea de que su encarnación como requisito indispensable para el desempeño de su sacerdocio. Esa aparente humillación de Cristo al despojarse a si mismo para asumir la forma de siervo haciéndose igual a sus hermanos es la que le permite ser compasivo y misericordioso al momento de espiar los pecados de sus hermanos con quienes les une un vinculo común, pues es uno de ellos y conoce sus pecados. Hasta aquí podríamos estar de acuerdo con las ideas presentadas pero a continuación el autor pretende encontrar en lo que el llama “la refundación teológica y espiritual del sacerdocio de la antigua alianza” (p. 21) una justificación para el sacerdocio católico, tanto en institución como en funcionalidad. Si bien esta idea no se manifiesta abiertamente se propone la cristología sacerdotal de hebreos como un ejemplo de un nuevo sacerdocio que no puede explicarse de la manera sacerdotal tradicional y que demuestra que si puede existir un sacerdocio “mas humano, mas kenótico y mas esencialmente simple” (p. 22), dejando de esta manera un supuesto respaldo en la epístola para la actual función sacerdotal que se desempeña en el oficio católico. Posterior mente se desarrolla la idea de Un sacerdocio compasivo y Un sacerdocio mas humano como elementos básicos de la teología sacerdotal de Cristo presentada por el autor de la epístola. En cuanto a la primera idea el clímax de su argumentación se encuentra en que la compasión de Cristo no radica en su “ser igual a Dios” o su estatus de hijo del altísimo, sino en su semejanza a sus hermanos al haber estado al lado de sus hermanos viviendo sus mismas debilidades.
Sacerdocio de una alianza nueva. Para el autor la nueva alianza es una elaborada tesis del autor de la epístola con el propósito de entregar una religión mucho mas elaborada a aquellos ex judíos que extrañaban la firmeza y profundidad de su antigua religión comparada con la simpleza del evangelio. En primer lugar considero que considerar que el cristianismo era demasiado sencillo y necesito de alguien que encontrara una conexión tipológica con el ritual levítico para entregarle consistencia a la teología cristiana es, más que una herejía, un perfecto ejemplo de falta de visión y comprensión de la realidad. En segundo lugar, creo que la carencia del autor al no comprender todo el panorama más allá de lo evidente a través de los ojos del gran conflicto, se hace evidente a través de todo el trabajo, marcándose principalmente en esta ultima sección. Es esta falta de visión la que le impide ver plenamente la presencia de un santuario celestial y conectar todas las piezas que a ratos pareciera omitir voluntariamente opacando aquellos destellos de lucidez que resaltan intermitentemente en su razonamiento. Aquellos elementos básicos del plan se salvación (idea aparentemente desconocida para el autor) son presentados como inclusiones intencionales de parte de hombres carentes de la dirección divina, como un intento humano de hacer mas atractiva, humana y terapéutica la teología cristiana. Las conclusiones a las que llega el autor (aun cuando el autor omite el termino conclusiones prefiriendo catalogarlas como “consecuencias para la vida cristiana”) pueden sonar contradictorias a la liturgia ofrecida por la iglesia católica, puesto que nos muestra la inutilidad de los sacrificios y el libre acceso de los creyentes hasta el trono de la gracias para encontrar oportuno socorro, es difícil creer que el sacrificio de la misa y la falta de libertad (intercesores, Maria, sacerdotes de confesión, etc.) hacia el trono de la gracia por parte de la iglesia no resultara contradictorio para el autor. Tan contradictorio como suena para nosotros su falta de autocrítica como católico al analizar textos como “de una vez y para siempre” y al resaltar lo inútil de los sacrificios externos.
Finalmente compartimos plenamente con el autor la idea presenta da al final del trabajo, la presencia de Cristo en el corazón humano debe ser permanente y real, para que su obra sumo sacerdotal sea efectiva. 

Posted on miércoles, junio 24, 2015 by Miguel Victoriano G.

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08 abril, 2015

David Bosch, Misión en transformación: cambios de paradigma en la teología de la misión, Libros de desafío, 2000.

Este libro es una reflexión sobre la misión cristiana desde una perspectiva escéptico y no deriva sus reflexiones solo de las Escrituras.

David Bosch, profesor de misiones en Sudáfrica, toma su esquema interpretativa de Hans Küng, autor católico, quien ve más esperanza en enseñar ética que proclamar el evangelio de Jesús. Küng toma la idea de “cambio de paradigma” de Tomás Kuhn. Küng aplica su idea a toda la historia de la iglesia (1984) y Bosch lo aplica sólo a la historia de la misión cristiana (1991).

El libro de Bosch traza la historia de la misión cristiana. Él habla de seis paradigmática cambios en la manera en que se hace la misión.

Empieza con dos de los evangelios, Mateo y Lucas-Hechos. A este “paradigma” Bosch lo llama Apocalíptico. Este paradigma dura hasta por el año 200. La meta de la misión es de hacer discípulos.

De allí pasa a un modelo griego-patrístico que dura desde el año 250 hasta el año 400. La meta en este etapa es vida.

El tercer modelo es la de la iglesia católica medioevo que se consolidaba en el año 600 y dura hasta 1450. La meta era la expansión del cristiandad.

El cuarto paradigma es la reforma protestante y se extiende hasta el año 1750. La meta era la renovación.

El quinto paradigma es de las misiones modernas que empieza por 1750 y dura hasta 1950. La meta en este etapa era la salvación y una mejor vida.

El sexto paradigma empieza en 1950 y dura hasta el presente. Este periodo no tiene un nombre todavía. La meta actual es de hacer discípulos para una transformación social y espiritual.

Se ve donde Bosch representa la postura de los escépticos en cuanto a las escrituras, cuando no incluye los cuatro evangelios en su definición del evangelio. Sólo se base en libros “aceptables” por todas las corrientes escépticos. Esto reduce el evangelio a un mínimo.  También da la idea de que uno puede escoger lo que quiere del evangelio.

Hay dos presupuestos.  Uno es que Mateo, Lucas-Hecho y Pablo representan tres paradigmas de misión distintos. (78-79). Y el tratamiento de Pablo sólo es a partir de las cartas: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Filipenses, 1 Tesalonicenses y Filemón. Las otras seis cartas de Pablo están ignoradas por Bosch por no tener un consenso de que fuera Pablo su autor (160).

Otra presuposición es que el hombre esta progresando o mejorando con el tiempo. Esta ilusión esta de tras el desarrollo de todo el libro. Al contraste, la Biblia no presenta el hombre que se mejorar. Todos somos dignos de muerte. No alcanzamos mejorar en nuestra ética o en nuestra relación con Dios como raza.

Estas dos presuposiciones influyen todo el libro, porque dan el peso fuerte a la cultura y no a la revelación de Dios. También las metas de cada edad muestran que Bosch considera los cambios en la misión de la iglesia por la cultura, cuando debe haberlo mostrado cambios en la cultura por la influencia del evangelio. Pero el peso del argumento del libro es para mostrar como la cultura ha cambiado el evangelio.

La idea de Bosch que el cristianismo esta cambiando, esta el opuesto de la enseñanza del Pablo.  En Gálatas 1:8-9 dice que cualquier cambio en el evangelio es anatema o maldito. En 2 Timoteo Pablo indica que debemos “retener la norma de las sanas palabras que has oido de mí, ...” (2 Timoteo 1:13 NBLH). Y continua “Guarda, mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros, el tesoro que te ha sido encomendado” (2 Timoteo 1:14 NBLH). Esto es como dice Jeremías, “Mi pueblo ha cometido un doble pecado, han abandonado la fuente de agua viva (el Dios de las Escrituras) y han cavado sus propias cisternas (inventado otras palabras)” (Jeremías 2:13).

Si Bosch tiene razón:
No tenemos un evangelio, sino muchos.
No tenemos una Biblia, sino muchas “escrituras”.
No tenemos un filtro para rechazar las nuevas (emergentes) ideas.
No tenemos una razón de rechazar a apóstoles contemporáneos  que no pueden dar testimonio de las enseñanzas de Jesús.
No tenemos un filtro para rechazar novedosas enseñanzas.
No tenemos la misión de proclamar el evangelio bíblico.

El libro de Bosch tiene valor en que muestra las presiones culturales que han estado presentes en la historia para moldear las prácticas, liturgias y enfoques de la misión. Muchas veces estas fuerzas no han sido evaluadas por las Escrituras pero han sido incorporadas a la iglesia.

La meta de la primera edad no ha cambiado.  Dios no ha cambiado.  El sigue con su gran comisión de hacer discípulos de todos las familias, enseñándoles a guardar todo lo que había mandado...(Mateo 28:16 a 20).

Posted on miércoles, abril 08, 2015 by Miguel Victoriano G.

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23 marzo, 2015


Porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro. Romanos 6:23

Gracias a Dios que tú y yo no hemos nacido en un país que esté en guerra, no hemos tenido que vivir escondidos por los continuos bombardeos que amenacen destruir nuestra casa, o ver cómo nuestros familiares van muriendo día a día.
Sin embargo cada día por la televisión, somos testigos del sufrimiento de  miles de personas que enfrentan el dolor y hambre de la guerra, vemos a miles morir cada día por un misil que cayó en un lugar equivocado en el  Líbano o un coche bomba que destruyó un restorán en Israel, o una emboscada subversiva en Paquistán.  Incuso mucho más cerca que eso, vemos a familias separadas y niños heridos, padres desconsolados llorando frente al cadáver inerte de sus pequeños, preguntándose ¿qué culpa tenían ellos? Y frente a todo esto tu corazón se congoja y hasta puede salir de tu boca un “pobre gente” pero a los 5 minutos ya no los recuerdas, continúas con tu vida y todo ese dolor quedó atrás.
Gracias a Dios que tú y yo no estamos en medio de una de esas guerras, pero debo decirte algo, algo que si aún no sabes debes conocer. Tú y yo estamos en medio de una guerra. Sí, aunque no lo creas o no quieras creerlo, somos parte del conflicto más grande y antiguo que haya existido en el universo. Estoy hablando de la guerra entre el bien y el mal. Como en toda guerra hay lágrimas y sangre, pero esta guerra no es como todas, esta es “la madre de todas las guerras.” Las lágrimas y la sangre que son derramadas, son las de Jesús.
Esta guerra comenzó hace mucho pero mucho tiempo, antes de la creación de este mundo. Después de la guerra en el cielo, Satanás  y sus ángeles fueron arrojados con él. Satanás nunca se sintió verdaderamente arrepentido por lo que había hecho pero sí se asustó al ver los resultados de su rebelión hasta ese momento.

“Satanás se estremeció mientras contemplaba su obra. Estaba solo meditando sus planes pasados, presentes  y futuros. Su poderosa forma temblaba como si fuera sacudida por una tempestad. Un ángel del cielo pasó en ese momento. Lo llamó y le solicitó una entrevista con Cristo. Su petición fue concebida. Entonces le dijo al hijo de Dios que se había arrepentido de su rebelión y que deseaba gozar otra vez del favor de Dios”. Ahora noten lo siguiente: “Cristo lloró ante el pesar de Satanás, pero le dijo, al expresar la decisión de Dios, que nunca más podría ser recibido en el cielo, no se podía arriesgar la seguridad de éste.” (White, 1986)

Jesús lloró en el mismo comienzo del conflicto, al proyectar su mirada hacia el futuro.
Vio a Adán incapaz de obedecer a Dios, y a Caín que no soportó la justicia de su hermano, dándole muerte y también tratando de arrepentirse.
Vio el avance de la maldad en el mundo, los crímenes, la impiedad, el odio. Hasta que todos, excepto ocho personas, fueron destruidas por el diluvio.
Vio a los que sufrían la miseria de la esclavitud, y esperaban con ilusión al libertador para rechazarlo cuando al fin viniera.
Vio el Getsemaní, el calvario. Vio cuán pocos aceptarían su sacrificio y la fe pequeña de ese puñado de seguidores. Lloró por causa de la incredulidad, el pesar y el dolor. Vio a los mártires sufrir por su causa.
Te vio a ti y a mí, hoy, siendo parte de este conflicto, mientras tratamos de ignorarlo
Jesús lloró, pero también su sangre derramó, para que tú y yo podamos ser libres del pecado.
Tú puedes decidir ignorar esta guerra y pretender que nada sucede, pero la verdad es que sólo te estás engañando a ti mismo, es imposible ser neutral en este combate, ¿sabes por qué? La respuesta es esta: “El Campo de batalla está en tu mente y tu corazón”.
Cada día, a cada momento estamos bajo un fuerte bombardeo, sin tregua.
Pero no estamos solos, Jesús está aquí para luchar contigo. ¿ya lo aceptaste como tu salvador? Si no lo has hecho aún, ¿qué estas esperando? Cierra tus ojos ahora mismo y ábrele tu corazón a Jesús. Pídele que entre en tu vida y que su amor llene todo rincón de tu ser, y que su presencia esté contigo siempre, para que con su poder salgas victorioso de cada batalla.
¿Ya lo hiciste?, yo te estoy hablando enserio. Esto es más importante de lo que imaginas. No creo que sea bueno para ti salir a la calle desprotegido en medio de un bombardeo. No esperes más, cúbrete del escudo protector que sólo la presencia de Jesús en tu vida, te puede dar.

La vida, muerte y resurrección de cristo
Los Evangelios son, sin lugar a dudas, los libros más populares, queridos y leídos de toda la Biblia. Esto no se debe precisamente a la calidad de su escritura ni a la capacidad literaria de los autores, todo el atractivo que es posible encontrar en ellos radica únicamente en una persona: Jesús de Nazareth, aquel Verbo hecho carne que habitó entre nosotros (Juan 1:14).
La escritura nos menciona que es en Cristo en quien encontramos un puente conector entre la humanidad perdida y Dios. Como nuestro Salvador debía ser perfecto y santo, pero a la vez semejante en todo a sus hermanos2  (Heb 2:17); Pablo mismo desarrolla esta idea en Heb. 4:15 al decir:

“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino uno que ha sido tentado como nosotros, pero sin pecado.”

Esta sola declaración debería ser suficiente para eliminar el comentario común donde se menciona que “como Cristo era bueno (sin pecado- Dios) pudo vivir como lo hizo”. Pablo declara y enfatiza la capacidad de Cristo para entendernos en todas nuestras debilidades, la clave se encuentra en su Naturaleza humana, como el mismo Pablo lo establece, fue tentado en todo pero sin pecado.
A lo largo de su vida Cristo nos mostró como vivir una vida de perfecta dependencia con nuestro Padre Celestial asegurando de esta manera su derecho a ser nuestro salvador.
Las últimas horas de nuestro Señor antes de morir nos muestran al maestro viviendo plenamente su naturaleza humana y experimentando  una serie de sentimientos y emociones frente a la amenaza real de una muerte anunciada.
La hora había llegado (Mar 14:35; Juan 17:1) para Jesús, el momento en que debía cumplirse todo aquello que había sido anunciado por Moisés y los profetas era inminente. Frente a todo esto Jesús experimentó, como el hombre que era, temor hacia la muerte, angustia y aflicción de alma y espíritu, su espíritu de supervivencia natural le impedía aceptar que debía sufrir una muerta que no merecía por una humanidad que no valoraría dicho sacrificio.
La muerte de Cristo es una muerte sustitutoria puesto que nosotros somos los que deberíamos haber recibido la paga del pecado como consecuencia de nuestras acciones, pero Cristo murió en nuestro lugar para que nosotros pudiéramos tener vida, su muerte nos da la posibilidad de escoger. Antes del sacrificio de Cristo nosotros estábamos condenados a la muerte por el pecado del cual éramos prisioneros. La muerte de Cristo nos dio la libertad de escoger entre vivir en la libertad que nos da cristo o seguir esclavizados del pecado. Si bien Cristo murió por todas las personas de la tierra, para que todos pudieran tener la libertad de escoger, no todos  han escogido vivir en Cristo, muchos rechazando el sacrificio de Jesús han  escogido vivir bajo la esclavitud del pecado.
Quizás alguno pudiera pensar que en ellos el sacrificio de Jesús no tuvo ningún sentido pero la diferencia está en que gracias a Cristo y su muerte ellos se perderán por decisión propia, como un uso soberano de su voluntad y no como por una maldición de la cual no tuvieron posibilidad de escapar.
Si bien la muerte de cristo es la que paga el precio de nuestra salvación, es en su resurrección en donde la victoria sobre el pecado y la muerte   está asegurada. En la resurrección es cuando se declara la victoria del bien sobre el mal definitivamente y de esta manera se le da la sentencia de muerte al pecado.
Si pudiéramos ver a través del tiempo y entender el panorama general del conflicto cósmico, comprenderíamos lo importante y glorioso que fue ese día de la resurrección y el inmenso gozo con el que los seres celestiales celebraron el fin de aquella mancha que había amenazado la paz y armonía universal.

Posted on lunes, marzo 23, 2015 by Miguel Victoriano G.

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