18 julio, 2014

Jesús nos cuenta sobre el principio de todo
Casi si tuviéramos que describir con una solo palabra nuestro planeta tierra, sin lugar a dudas esa palabra sería VIDA. Nuestro hermoso planeta rebosa de ella. Desde sus formas más pequeñas como un organismo unicelular, hasta aquellas sorprendentemente enormes, como una gigantesca secoya de más de 100 metros.
Cada día los científicos descubren nuevas variedades de vida que nos sorprenden por su diversidad y belleza. Entonces surge la pregunta: ¿Cómo, dónde y cuándo  se originó toda esta vida? En la Biblia encontramos la respuesta.
En el libro de Génesis encontramos la historia de la creación. Como para que no nos quede duda, el Señor se encargó de incluir dos relatos de ese magnífico evento.
El primero lo encontramos en Génesis 1:1-2:3 y nos relata en orden cronológico la creación de todas las cosas.
El segundo lo encontramos en Génesis 2:4-25 y le da el protagonismo al ser humano en la creación, no sigue un orden necesariamente cronológico, pero se ocupa de mostrar que todo lo creado sirvió para preparar un ambiente adecuado para el hombre.
Según el relato de Génesis 1:1-2:3, Dios creó todo lo qué existe en una semana literal de 7 días de 24 horas cada uno. Veamos que fue lo crea- do durante esa semana.
1er Día: La luz
2do Día: La expansión
3er Día: Tierra seca, los mares y las plantas
4to Día: El sol, la luna y las estrellas
5to Día: Animales de aire y agua
6to Día: Animales terrestres y el hombre
7mo Día: El sábado: lo reposó, lo bendijo y lo santificó
Existen muchas personas que rechazan la veracidad de este relato bíbli- co. Son personas que no cree en la autoridad de la Biblia ni en Dios.
No se puede pretender creer en la Biblia y no aceptar el relato de la creación, puesto que a lo largo de toda la escritura encontramos afirmaciones en cuanto a la veracidad de la creación.
Veamos algunas de las características de la creación registradas en la escritura:
1.  Cada día fue un periodo de 24 horas. (“y fue la tarde y la mañana”).
2.  La palabra creadora de Dios (Sal 33:6,9; Heb 11:3)
3.  Dios es responsable de su creación. El relato revela que Dios es un planificador cuidadoso que se preocupa por el bienestar de su creación.
4.  La creación revela la gloria de Dios (Sal 19.1-4).
5.  Dios, el creador no deseaba que la tierra fuese un planeta solitario y vacío; debía ser habitado (Isa 45:8).
¿Qué significa para nosotros aceptar el relato bíblico de la creación? Significa por lo menos 12 cosas:
1.  Significa, adorar al Dios que nos hizo, y no a los dioses que nosotros hemos hecho.
2.  Significa, el fundamento de la verdadera adoración
3.  Significa, reconocer el día sábado como monumento de la creación.
4.  Significa, la base de la verdadera estima propia (imagen de Dios).
5.  Significa la base del verdadero compañerismo.
6.  Significa, que Dios instituyó el matrimonio.
7.  Significa, responsabilidad por el ambiente.
8.  Significa, que el trabajo dignifica al hombre.
9.  Significa, que la ley de Dios es santa.
10. Significa, que lo que Dios hace es bueno.
11. Significa, que la humanidad fue destinada a gozar de una relación eterna con el creador.
12. Significa, que la vida es sagrada.
La naturaleza del hombre
Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza... Y creo Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra los creo. (Gen 1:26-27)
¿Quien fue creado a la imagen de Dios? ¿El hombre o la mujer? La respuesta a esta pregunta determina toda nuestra comprensión en cuanto a la naturaleza del ser humano.
La Biblia nos enseña que ni el hombre ni la mujer por si solos repre- sentan la imagen de Dios, puesto que cuando Dios hizo al hombre (ser humano) lo hizo a su imagen (varón y mujer). Por esta razón la Biblia le da tanta importancia al matrimonio, puesto que bíblicamente al estar estar casado (una sola carne) el ser humano encuentra la plenitud.
Es importante aclarar que esta unidad entre el hombre y la mujer, de ningun modo anula su indibidualidad, cada uno tiene el poder y la libertad de pensar y actuar.
Cuando el ser humano salio de las manos de su creador era perfecto, no conocía el pecado. Pero al desobedecer entro el pecado y con él la muerte (Romanos 5:12)
Inevitablemente aparece la pregunta ¿Qué es el pecado? Podríamos encontrar una gran variedad de respuestas, pero básicamente, pode- mos decir que pecado es separarse de Dios. Todo lo demás (desobedecer la ley, apartarse de su voluntad etc.) son consecuencias o implicancias de la causa real que es romper nuestra comunión con Dios.
Se hace necesario diferenciar dos conceptos:
1.  Estado de pecado: se refiere al estado del ser humano separado de Dios, es cuando el hombre piensa que puede vivir desconectado de la fuente de poder que es Cristo. (Puede que aun no se manifieste una vida pecaminosa e incluso exista apariencia de piedad.)
2.  Actos de pecado: se refiere a la materialización del pecado, es la consecuencia natural de una vida separada de Cristo. Es lo que comúnmente denominamos pecado. Todas aquellas acciones y actitu- des que sabemos estan mal. Ej: mentir, robar, engañar, sobornar, el egoismo, la envidia etc.
No somos pecadores porque mentimos, sino que mentimos porque somos pecadores. La mentira o cualquier acto de pecado es la consecuencia de un estado de pecado (separación de Dios).
Muchos cristianos derrochan muchas energías en dejar de pecar, atacando el efecto y no la causa. Es como tratar de matar un árbol cortándole las hojas. El verdadero problema no esta en las acciones de pecado sino en nuestro estado de separación de Dios.
Si invirtiéramos la mitad de las energías que utilizamos para no pecar en mantenernos unidos a Cristo, tendríamos muchísimos más resultados en nuestra vida.
Como ya vimos lo que el pecado hace es separarnos de Dios aparece la muerte. La muerte no es un castigo de Dios por el pecado, sino una consecuencia.
¿Cómo que la muerte no es el castigo por el pecado? ¿Acaso no dice la Biblia que la muerte es la forma como debemos pagar por nuestro pecado?
Si el pecado nos separa de Dios, y nosotros no tenemos vida en nosotros mismos sino que nuestra vida depende de Dios, entonces el pecado produce la muerte, puesto que nos separa de Dios la fuente de vida. Entonces la manera correcta de entender el texto de Romanos 6:23 seria:
La paga del pecado es muerte (la manera como el pecado premia a los pecadores es matándolos), mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús señor nuestro (por el contrario el regalo que Dios ofrece a aquellos que aceptan a Jesús es la vida eterna).
En el plan de Dios para el ser humano no estaba considerada la muerte. No es que Dios nos hiciera inmortales, puesto que la Biblia nos muestra que Adán y Eva debían estar comiendo continuamente del árbol de la vida. Dios les dio ese árbol para representar la dependencia que debe existir, solo hay vida al estar unido a la fuente de vida. Jesús explico claramente esta idea en Juan 15 al hablar de la vid  verdadera y como es imposible que las ramas puedan vivir separadas del tronco.
Pero como ya vimos es el pecado el que nos separa de Dios y por lo tanto produce la muerte. ¿Pero que ocurre cuando el hombre muere? o ¿a dónde vamos? Pero para entender lo que es la muerte, primero debemos comprender que es la vida.
En Génesis 2:7 encontramos lo que es la vida: “Entonces Dios el Señor modeló al hombre del polvo de la tierra. Sopló en su nariz aliento de vida y el hombre llegó a ser un ser viviente” es decir:
Polvo de la tierra (cuerpo) + Aliento de vida (espíritu) = Ser viviente (alma viviente) Usaremos la ilustración del bombillo par entenderlo mejor.
Bombillo (parte física) + Energía eléctrica (parte vital) = Luz (Ser Racional)
Así como la unión del bombillo con la energía produce la luz y en el momento en que estos dos se separan, la luz deja de existir, así también la vida simplemente es la unión de la parte física, que es el cuerpo, más el soplo de vida y da como resultado un ser vivo, pensante y racional, y que cuando estos dos elementos se separan, es decir en la muerte, el alma también perece.
¿Enseña la Biblia la creencia popular de la inmortalidad del alma?
La respuesta es: en ninguna parte, por el contrario la Biblia es clara en señalaren Ezequiel 18:4 que “...el alma que pecare, esa morirá”. Además el Salmo 104:29 dice: “...Si les quitas el aliento, dejan de ser, y vuelven al polvo” (la cursiva es añadida). El pasaje es claro al afirmar que al morir la persona “deja de ser” es decir que el alma deja de existir.
También Eclesiastés 12:7 es claro al decir: “y el polvo vuelva a la tierra de donde vino, y el aliento de vida vuelva a Dios que lo dio”. Ahora surge la pregunta ¿cuál es ese aliento de vida que vuelve a Dios?
Muchos confunden el aliento de vida con algún ente pensante, alguna especie de ser, algo de nosotros mismo. En Eclesiastes 3:19-20 encontramos que el mismo espíritu (aliento de vida) tiene el hombre y los animales. Aquí claramente no se refiere a nues- tros pensamientos o nosotros mismos de manera espiritual.
El aliento de vida es la fuerza vital que solo puede dar aquel que es la vida (Juan 14:6) Todo lo que vive, desde el organismo unicelular mas simple hasta el mismo ser humano tiene vida porque Dios se la a dado. Si el ser humano es el resultado de:
Polvo de la tierra + aliento de vida = Alma viviente
Al separarse los componentes, desaparece el producto.
El texto simplemente describe la acción inversa al proceso creativo. El polvo vino de la tierra (vuelve a la tierra) y la vida vino de Dios (vuelve a Dios). No son tus pensamientos, ni sentimientos ni nada de eso puesto que al morir el ser ya no existe.
Claramente es imposible que durante la muerte haya tipo alguno de conciencia, pues esto contradice claramente lo que la Biblia enseña en Eclesiastés 9:5 y 10 donde dice: “porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en el olvido”. Y también enseña que cuando una persona muere, ese día perecen sus pensamientos. (Salmos 146:4).
El proceso de redención que Cristo desea realizar en nuestra vida, no es otra cosa sino la restauración de la imagen de Dios en nuestra vida, aquella imagen que a sido degenerada por causa del pecado.
El hombre fue echo como un ser   biosocisicoespiritual, como es imposible separar estas dimensiones del ser, el pecado las afecto todas, puesto que afecto la totalidad del ser. No solo su dimensión espiritual, sino que sus dimensiones mentales, su capacidad de sociabilizar y por supuesto su parte física.
Es por esto que el proceso de redención de cristo en nuestra vida, no se limita solamente a cambiar nuestras creencias o prácticas religiosas, sino que apunta transformar el ser entero, cambiar por completo nuestro estilo de vida incluyendo nuestros hábitos de higiene y alimentación.
El hombre y la mujer fueron hechos en la imagen de Dios con individualidad, y el poder y la libertad de pensar y actuar. Aunque creados seres libres, cada uno es una unidad inseparable del cuerpo, la mente, y el alma, dependiendo sobre Dios para vida el suspiro y toda otra cosa. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron a Dios, ellos negaron su dependencia sobre Él y cayeron de su alta posición bajo Dios. La imagen de Dios en ellos fue desfigurada y ellos fueron sujetos a la muerte. Su descendencia sufre también de su naturaleza caída y de sus consecuencias. Ellos son nacidos con debilidades y con tendencias al mal. Pero Dios en Cristo reconcilia al mundo a Él mismo y por medio de Su Espíritu restaura en los penitentes mortales la ima- gen de su Creador. Creados para la gloria de Dios, ellos son llamados a amarle a Él y a unos a otros cuidando también de su ambiente.
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1     Gluder Quispe. Grandes temas de la Biblia (Ñaña, Lima: Editorial Imprenta Unión. 2002), 53
2     Asociación General de la IASD. Creencias de los Adventistas del Séptimo Día 1: 84-86.


Posted on viernes, julio 18, 2014 by Miguel Victoriano G.

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01 enero, 2014

La trinidad es un misterio
Casi puedo escuchar la pregunta en tu mente, si la trinidad en un misterio ¿entonces para que la estudiamos?, si por más que la estudiemos no llegaremos a comprenderla plenamente. Créeme que yo me he hecho esa pregunta muchas veces.
Si bien es un misterio, Dios no quiere que estemos a ciegas en cuanto a este asunto tan importante. Por ese motivo es posible encontrar en la escritura una gran cantidad de referencias que nos dan luz en cuanto a este asunto. De eso se trata este capítulo, de conocer aquello que ésta revelado y tener una base para aceptar por fe aquello que aún no comprendemos.
La imagen que nos muestra la Biblia no es la de un Dios solitario, poco sociable, tímido o retraído. Dios es amor y el amor necesita de compañerismo.
En Génesis 1:26 encontramos el relato de la creación del hombre:
“Entonces dijo Dios hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza, y tenga dominio sobre los peces del mar, las aves de los cielos, el ganado, y en toda la tierra, y sobre todo animal que se desplaza sobre la tierra”.
Claramente no está refiriéndose a un monologo sino más bien un dialogo que implica por lo menos a más de una persona, “y dijo Dios: hagamos”, existe un consenso entre la deidad para crear al hombre.
Este punto se hace mucho más claro en Mateo 28:19 en donde encontramos la gran comisión: “por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del PADRE, del HIJO y del ESPÍRITU SANTO” (mas mayúsculas son agregadas).
Aquí se describe a Dios en tres personas. La divinidad consiste en el PADRE, el HIJO y el ESPÍRITU SANTO. Los tres son todopoderosos, coeternos y poseen la misma sustancia.
Antes de hablar sobre las personas que componen esta trinidad, hay por lo menos 3 verdades que la Biblia nos señala con precisión y que nosotros debemos conocer.
1.  Dios es tres personas (Juan 1:1-2; Heb 7:25; Rom 8:27) No se trata que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo sean una perso- na así que cada una es 33.3 % de una persona puesto que los tres juntos conforman un entero. Cada uno de ellos es una persona los 3 tienes su propia individualidad pero son un solo Dios.
2.  Cada persona es plenamente Dios (Gen 1:1; Mat 28:19) Son 3 personas diferentes, y cada una de ellas es plenamente Dios, no es que el Padre sea más Dios que el Hijo o que el Hijo sea más Dios que el Espíritu Santo. Tanto el Padre como el Hijo y el Espíritu Santo son plenamente Dios.
3.  Existe sólo un Dios (Deum. 6:4-5; Exo 15:11; Rom 3:30) Si cada uno de las personas de la Trinidad es Dios, ¿entonces tenemos 3 dioses? De ninguna manera, la Biblia declara enfáticamente que solo existe un Dios en tres personas.
Dios Padre
Nuestra mente finita pareciera obligarnos a darle un comienzo y final a todas las cosas. Éste es uno de los primeros inconvenientes con los que nos encontramos al tratar de entender cómo es Dios.
¿Quién hizo al Padre? Es una pregunta ingenua, pero real, que aparece en nuestra mente. La Biblia no se dedica a explicar el origen de Dios, sólo se limita a darlo por hecho. Pero las palabras de Jesús en Juan 5:26 nos ayudan a aclarar el panorama “Dios tiene vida en sí mismo.”
Dios es la vida, es el origen de todas las cosas. No tiene comienzo ni fin, existe desde siempre y para siempre.
Para conocer un poco mejor a Dios Padre, analizaremos los atributos que se mencionan en la Biblia.
Existen dos tipos de atributos, los incomunicables y los comunicables. Los incomunicables comprenden aspectos de su naturaleza divina que no han sido revelados a los seres creados.[i]
•     Dios tiene existencia propia (Juan 5:26)
•     Es independiente en voluntad y poder (Efe1:5; Sal 115:3)
•     Es omnisciente, conociendo todas las cosas (Job 73:19)
•     Es omnipresente, por lo que trasciende toda limitación del espacio (Sal 139:7-12)
•     Es todo poderoso, Omnipotente.
•     Es inmutable o incambiable.
Los atributos comunicables de Dios fluyen de su amorosa preocupación por a humanidad. Incluyen el amor, la gracia, la paciencia, la santidad, la verdad, la justicia y la misericordia.[ii]
Respecto a estos dos últimos atributos comunicables es interesante notar que Dios es justo y misericordioso.
Estos son 2 de los conceptos más difíciles de comprender, sobre todo si están juntos. Para Dios la justicia es parte de la misericordia y cada uno de sus acciones son motivadas por el amor. De esta forma tenemos a Dios como el único capaz de manejar estos 2 conceptos que para los seres humanos parecieran tan excluyentes el uno del otro. La justicia no es menoscabada en beneficio de la misericordia así como tampoco se suplanta la misericordia con el propósito de hacer justicia.
Dios Hijo
Jesús es Dios, pero también es hombre. Esto suena bastante raro cuando lo escuchamos a la ligera, pero revela una de las verdades más hermosas que nos enseña la Biblia.
No dedicaremos mucho tiempo para argumentar la primera idea puesto que la mayoría de las personas la acepta fácilmente, pero repasemos algunos textos. “El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios” (Juan 1:1). Dios mismo, refiriéndose a Jesús en su bautismo le dijo: “Tú eres mi hijo amado” (Lucas3:22). Hasta el diablo y los demonios sabían quién era Jesús puesto que además le dijeron “Sabemos quien eres: eres el hijo de Dios.” Y por supuesto Jesús mismo sabia que procedía de Dios y que era Dios (Juan 13:3). “De modo que Jesús era Dios, lo siguió siendo cuando se hizo hombre, y lo sigue siendo hoy a la diestra del Padre.”[iii]
Pero es indudable que también fue hombre, la Biblia también tiene muchos registros de esto. “El Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Juan 1:14). Como hombre se cansó (Juan 4:6), tuvo sueño (Mateo 8:24), tuvo hambre (Marcos 11:12), tuvo sed (Juan 4:7).
Como hombre conoció lo que tú y yo hoy sufrimos, por esto es que nos entiende. Como Dios tiene el poder para salvarnos del pecado.
Jesús es Dios, Jesús es Hombre, Jesús lo es todo.
Cuando Jesús nació en Belén como un bebito indefenso, era Dios, pero también era hombre. Muchos, tratando de entender este misterio de la encarnación llegan a creer que Jesús era en parte Dios y en parte hombre, algo así como un 50/50.
La Biblia no nos habla de un Jesús mitad mitad, la Biblia habla de un Jesús 100% Dios y 100% hombre.
Para muchos otros la discusión está en qué tipo de hombre era Jesús, como Adán, antes del pecado o después del pecado y para dar respuesta a esto podríamos estar discutiendo hasta mañana y no ponernos de acuerdo.
Creo que en cierto modo Jesús era como Adán antes de pecar y como él después del pecado. Jesús era como Adán después de la caída, y en lo que respecta a su naturaleza física y mental.[iv] Pero era semejante a Adán antes de la caída, porque en él no había pecado.
Jesús tenía todas las desventajas que tuvo Adán en relación al pecado. Podía ser tentado y ceder a la tentación. Si no hubiese sido posible que Jesús pecara entonces Satanás no habría insistido tanto en tentarlo. Podría haber fallado, caído y pecado. El tuvo todas las desventajas pero no pecó. “Ningún vestigio de pecado mancilló su imagen de Dios en Jesús. Sin embargo, no estuvo exento de tentación.”[v]
Esto significa que en él no hubo nada, absolutamente nada de pecado. En su naturaleza espiritual no existía la propensión ni la tendencia al pecado. Espiritualmente Jesús no tenía deseos de pecar. Estoy seguro que no puedes decir eso de ti ni de ninguna persona a la que conozcas, porque nuestra naturaleza espiritual es una naturaleza caída. Esto pareciera ser una ventaja, mientras que Elena de White nos dice que Jesús no tuvo ventajas sobre nosotros.
¿Cómo se entiende esto? Porque Jesús jamás recurrió a la ventaja que le daba ser Dios. Vivió la vida como nosotros debemos vivirla, dependiendo de su Padre y en comunión con él.
Dios Espíritu Santo
Todos los atributos que fueron mencionados en relación a Dios el Padre también son aplicables para el Hijo y para el Espíritu Santo puesto que los tres son una sola persona.
Durante mucho tiempo las personas creyeron que el Espíritu Santo era una fuerza o energía, pero la Biblia nos enseña que el Espíritu Santo es una persona al igual que el Padre y el Hijo.
A continuación veremos algunos textos que nos muestran características especiales del Espíritu Santo.
1 Corintios 12:11 “pero todas estas cosas las realiza el único y el mismo espíritu, repartiendo a cada uno en particular como el designa”.
El Espíritu Santo tiene voluntad propia. No es meramente una fuerza como la electricidad, sino que es un ser con voluntad
Romanos 8: 27 “Y el que escudriña los corazones sabe cual es el intento del espíritu, porque él intercede por los santos conforme a la voluntad de Dios”
Solamente una persona es capas de pensar. Una mera energía no.
Efesios 4:30 “Y no entristezcáis al Espíritu Santo de Dios en quien fuisteis sellados para el día de la redención”.
Solamente una persona tiene sentimientos.
Jesús y el Espíritu Santo son socios en su trabajo por y en nosotros. Jesús y el Espíritu Santo obran juntos. Además de producir en nosotros la conversión y la regeneración, el Espíritu Santo purifica nuestras vidas, a esto se le conoce como Santificación.
Muchos cristianos creen que arrepentirse del pecado y convertirse es suficiente, y se pasan la vida sin hacer nada para cooperar con el Espíritu Santo en su obra de purificación.
 “Es por medio de una constante comunicación y relación con Dios coperamos con el Espíritu Santo en la realización de su obra purificadora en nuestras vidas. Cuando decidimos mantener una permanente relación con Jesús, le permitimos al Espíritu Santo realizar en nosotros la purificación que tiene en mente.”[vi]




[i]Gluder Quispe. Grandes temas de la Biblia (Ñaña, Lima: Editorial Imprenta Unión. 2002), 36-37.
[ii] Gluder Quispe. Grandes temas de la Biblia (Ñaña, Lima: Editorial Imprenta Unión. 2002), 37.
[iii] Morris Venden, Fe en acción (Buenos Aires: ACES, 1980) 348.
[iv] Elena de White, El deseado de todas las gentes (Buenos Aires: ACES, 1987) 92.
[v] Ibid, 52.
[vi] Morris Venden. Fe en accion (Buenos Aires: ACES. 1980), 326.

Posted on miércoles, enero 01, 2014 by Miguel Victoriano G.

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