El sábado es un símbolo de nuestra conexión con Dios. Es necesario que aquellos que deseen santificar el día de reposo tengan sus corazones santificados por Jesús. La historia nos cuenta que fue el Emperador Constantino quien cambio el sábado, como día de reposo hacia el domingo. Pero antes que eso sucediera muchos ya lo habían cambiado en su corazón. Antes de juzgar a aquellos que se atrevieron a cambiar el día de reposo, deberíamos preguntarnos si no lo hemos cambiado nosotros en nuestro corazón.

Si retrajeres del sábado tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y al sábado llamares delicias, santo, 
glorioso de Jehová; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, 
ni hablando tus palabras: Entonces te delelitarás en Jehová; y yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré á comer la heredad de Jacob tu padre: porque la boca de Jehová lo ha hablado. 
Isaias 58:13,14 (RV 1909)